Historia


Aunque el topónimo Alberite proceda, según historiadores y lingüistas de la palabra árabe Al-bareid, indicando, por tanto, que su partida de nacimiento es posterior al año 711, numerosos vestigios arqueológicos encontrados en su término municipal manifiestan un poblamiento de esta zona privilegiada del valle del Iregua muy anterior.


Los restos más antiguos son tres monolitos antropomorfos muy esquemáticos que representaban un guerrero y dos mujeres que se hallaron e la zona de las bodegas en 1900 y que podrían pertenecer al II milenio a.c. En los años cincuenta del pasado siglo todavía se conservaba uno en la llamada caseta de Luís Maria, junto a la era de la Cooperativa.

En el término de la Pasada, carretera de Albelda, hubo un poblado celtibérico que pudo prolongar su vida hasta época romana con una cronología comprendida entre los siglos IV a.c. y II d.c. En dicho yacimiento se han recogido muestras de cerámica celtibérica pintada con motivos geométricos en color negro y rojo que recuerdan la cerámica numantina y cerámica sigilada de época romana.

En los parajes de la Garnacha y La Corte han aparecido numerosos restos de cerámica, vidrio y metales y algunas estructuras de piedra que hacen sospechar la existencia de ricas villas tardorromanas que serían destruidas en los siglos IV y V por los bagaudas, azote del valle del Ebro.

Es probable que en la Garnacha, situada a la vera de la vía romana que discurría entre Varea y Numancia, aparecieran las dos magnificas estelas funerarias; la de Iulia Tibura y la de Oppia Meducena, ésta última en paradero desconocido. La Estela de Iulia Tibura , restaurada por el Gobierno de La Rioja, se encuentra en la sala de exposiciones del edificio que alberga nuestro colegio publico Avelina Cortázar. Este monumento histórico se puede visitar consultando previamente con el colegio en el teléfono 941 436 955 o en ceipavelinacortazar.larioja.edu.es . Tiene una forma rectangular acabada en semicírculo, adornada con una corona de laurel que inscribe un sol y debajo símbolos lunares y gallos, además de una espléndida inscripción en letra capital romana del siglo I d.c. en la que hay una dedicatoria de Iulio Natreo a su hija Iulia fallecida a los trece años.

Desde la caída del Imperio romano hasta el siglo X, es decir durante el periodo visigótico y primeros siglos de Al-Andalus, hay un vacío arqueológico y documental, pero que no nos impide pensar en la persistencia de población en la zona, como lo atestiguan las viviendas rupestres o eremitorios de San Bartolomé y Albelda. Es probable que Alberite en su ubicación actual fuera fundada o refundada por los musulmanes como se desprende del propio nombre de origen árabe.

Será a partir del siglo X cuando las referencias a Alberite abunden en los documentos del reino de Pamplona y Nájera y posteriormente en la del reino de Castilla.

Cuando en 923 la Rioja Alta caiga en manos de Sancho Garcés de Pamplona, Alberite estará vinculado al pequeño reino de Viguera y posteriormente al Monasterio de San Martín de Albelda. Hacia el año 950 el monje Gotescalco en su viaje de peregrinación a Compostela se desvió al Monasterio de San Martín y siguiendo la vieja calzada romana de Varea a Numancia, pasó por Alberite.

El año 1056 la reina Estefanía, viuda del rey García el de Nájera, dejó en su testamento a su hija Urraca los poblados de Alberite, Lardero y Mucrones. De este mismo año hay un documento que hace referencia a un señor de Alberite, llamado Iñigo Sánchez y posteriormente se citan en 1064 y 1074 a los señores Fotún Ximenez y Lope Ennecones como testigos en donaciones hechas por el rey Sancho IV el de Peñalén, hermano de Urraca. Todos estos personajes citados podrían ser los alcaides del castillo de Alberite.

En 1076 después de la muerte violenta del rey Sancho IV en Peñalén, La Rioja fue ocupada por Alfonso VI de Castilla y León.

En 1092 el Cid, enemigo del conde García Ordóñez, Alférez del rey Alfonso VI y esposo de Urraca, realizó una incursión por tierras riojanas en la que destruyó los poblados de Logroño y Alberite. Tres años más tarde el propio rey, estando en Campo Jerumi en Alberite y a instancias del conde, concedió a los habitantes de Logroño su famoso fuero.

Desde finales del siglo XIII y comienzos del XIV se conocen varios documentos relativos a las adquisiciones que condujeron a que el concejo de Logroño se hiciese con el señorío de Alberite. El año 1298 el rey Fernando IV aprueba la venta del castillo de Alberite propiedad de Dª Teresa Vélez de Guevara, al concejo de Logroño, con sus términos y collazos y más tarde sus sobrinos Urraca y Juan Corbarán vendieron otros collazos en 1310. Años después sabemos que Juan Alfonso de Haro, señor de Cameros, había invertido dinero en la reconstrucción de la Torre, posiblemente la actual llamada de doña Urraca, y que más tarde su hijo Diego López de Haro vendió a Logroño.

Habrá que esperar hasta el siglo XVI y siguientes para poder encontrar de nuevo el hilo de la historia, que por ahora duerme inédita en los archivos municipales que todavía conservan una rica documentación.

Como último hecho reseñable es la independencia de Alberite de la ciudad de Logroño conseguida el año 1664, aprovechando un momento favorable, como las dificultades hacendísticas de la monarquía que necesitaba urgentemente dinero y la intermediación de D. Andrés de Villarán, secretario de hacienda de su Majestad y descendiente de Alberite por su madre. Los vecinos de Alberite nombraron a este personaje alcalde por los hijosdalgo en 1655 y respecto a dicho asunto hay una carta del rey Felipe IV a su funcionario en la que le insta a elegir otra persona para dicho oficio, porque no podía prescindir de sus servicios en la Corte. No fue fácil la empresa, porque Logroño pujó fuerte, pero al fin Alberite logró su objetivo de convertirse en villa, previo pago de 5000 ducados, realizado en varios plazos. Fue D. Diego Sáenz de Medrano, alcalde ordinario de la villa, cuyo escudo de armas luce en la casona de Rafael Ponce de León en la Plaza de España, el encargado de trasladar el dinero a Madrid.

Autor: Julián Ruiz Navarro Pérez.

Hallada en el viejo cementerio de Santa Marina por D. Roque Cillero hacia finales del siglo XIX , a la orilla del camino de Varea-Alberite (probable vía romana por el Iregua). Hasta 1986 estuvo empotrada en la pared de un almacén particular en la calle Avda. de Navarra, 16; desmontada por el propietario y restaurada, se encuentra actualmente en el hall del Colegio Alvelina Cortazar de Alberite.

Estela monumental realizada en arenisca de 232x81 centímetros con remate superior semicircular que alberga una corona de laurel, en cuyo interior hay un tema floral multipétalo muy geometrizado; debajo, dos cuartos crecientes y posando en el límite inferior del registro, dos pavos reales afrontados a una flor en el centro. Sigue el campo epigráfico y bajo él había, hoy perdida una galería de tres arcos.

Campo epigráfico de 61x65 cms.

Iulia . Tibura
Iuli . Natra(e)i . f(ilia)
an(norum) . XIII h(ic) . s(ita) . est
Iulius . Natraeus
Sibi . et . filiae
f(aciedum) . c(uravit)

El cognomen Tibura recuerda el étnico Tiburi, pueblo citado por Ptolomeo entre los Galaicos; quiza pertenece al fondo lingüístico precéltico de la zona suroccidental del conventus Asturum. La monumentalidad de la estela y su bella factura clásica revelan un mundo indígena muy romanizado. Puede datarse en la segunda mitad del S. I d.C., en base al encaje de unas letras en otras, a la calidad paleográfica, a la carencia del D.M. inicial, a la concordancia en nominativo entre dedicante y dedicado y también a la forma de la filiación.

[Fuente: Biblioteca de Temas Riojanos. Urbano Espinosa. Epigrafía Romana De La Rioja]

1934: Nace el 25 de junio en Alberite (La Rioja). Son sus padres Emilio García Mozo y Maria Antonia Fernández de Moreda.

1942: Realiza su primera pintura mural en su casona de Alberite. Se siente contrariado a la regularidad de la enseñanza primaria e inicia su afición natural a las artes plásticas. Aprende dibujo y pintura con su pariente María Osona.

1951: Muestra por primera vez en público su obra de juventud, en la XI Exposición de Arte de Educación y Descanso, en Logroño.

1953-54: Acude en Pamplona a las clases de Gerardo Sacristán en la Escuela de Artes y Oficios de la capital Navarra.

1954-55: Consigue un premio de dibujo en aquella escuela. Se traslada a Madrid y recibe clases del maestro Pedro Mozos, estudiando a la vez en el Círculo de Bellas Artes y en el Museo de Reproducciones Artísticas.

1955-56: Estudia en la escuela de artes y oficios de Logroño con Joaquín López Reina.

1956: Ingresa en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Carlos en Valencia donde realiza el primer curso. Conoce al pintor Rafael Solves, uno de los fundadores del Equipo Crónica.

1957: Prosigue los estudios oficiales en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid teniendo como profesores, entre otros a Juan Adsuara, Joaquín de la Puente, Ramón Stolz y Eduardo Chicharro. Fuera de programa estudia Emilio García Moreda física, filosofía y literatura. Expone conjuntamente con el pintor burgalés Delfín Gómez Grisaleña en los Salones de la Mesa de Burgos en Logroño.

1959-60: Hace milicias universitarias en el campamento de El Robledo, en la Granja (Segovia), siendo promovido al empleo de Alférez E. de complemente. Conoce por esos años al escultor Feliciano Hernández con el que le unirá una gran amistad.

1961: Termina la carrera en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando. Durante el último curso realiza su primer trabajo importante haciendo decorados para la película “El Cid”, producida por Samuel Bronston. Conoce a Pedro Bueno, Pancho Cossío, Benjamín Palencia y Rafael Zabaleta.

1962: Realiza su primera exposición individual en la Caja Provincial de Ahorros de Logroño.
Exposición Individual en la Galería Berriobeña de Madrid.
Profesor meritorio de dibujo artístico en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Logroño.
2ª Medalla en el I Salón Riojano de Primavera.

1965: Expone individualmente en la Sala Minerva del Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Conoce a Daniel Vázquez Díaz.

1966: Viaja por Italia en compañía del escultor y amigo Feliciano Hernández.

1967: Conoce en Burgos al pintor Luís Sáenz.

1968: Viaja por Francia.
Conferencia en el Club Aster de Logroño muy concurrida y le acompaña el poeta y crítico de arte Mario Ángel Marrodan por estos años en que profesa cursos y charlas de arte al alumnado de mujeres de la Sección Femenina, de Logroño.
Funda y preside el “Grupo 8” de pintores y escultores siendo a partir de entonces fomentador de la vanguardia artística riojana, detector de artistas y orientador de sus movimientos.

1969: Viaja a Grecia.
Premio “Diputación de Granada” en el Certamen Nacional de Artes Plásticas de Valdepeñas.

1970: Hace un recorrido por territorio Potugués.
Comienza a publicar Comentarios sobre arte en la prensa riojana.
Conoce al pintor Manuel Millarés, uno de los fundadores del Grupo “El Paso”.

1971: Visita e Egipto.
Expone en la Sala Goya del Círculo de Bellas Artes de Madrid.

1973: Colabora con la revista literaria “Artesa” dirigida por Antonio L. Bouza en el homenaje al poeta y crítico de arte Juan Eduardo Cirlot, fundador del grupo “Dau al Set”.

1975: Obtiene por oposición el título de Profesor Agregado de Instituto y es destinado a Vitoria.

1976: Aparece editado el primer estudio en forma de libro, “La vivencia creadora de García Moreda” por su primer tratadista Mario Ángel Marrodan, Magna exposición antológica en la antigua Galería Berruet, donde se presenta el citado libro. Tambien es presentado por el poeta Roberto Iglesias Hevia en el Instituto de Estudios Riojanos estando presentes el autor y el artista.

1977: Catedrático de dibujo pasa a residir indistintamente en Alberite y Logroño.
Lleva en “El Correo Español” una sección de crítica titulada “La pincelada e Emilio”.

1978: Viaja a Pau (Francia) con motivo de una Exposición de sus obras.

1979: Obtiene el premio nacional de pintura “Marcelino Santa María”. Crea Emilio el “Mazacote de Barro”, exposición colectiva de pintura y escultura, en Alberite.

1981: La revista logroñesa “El Catálogo” dedica un número especial al pintor Emilio G. Moreda, realizada Portu galerista y descubridor Mateo Berruela Echave.
Obtiene el premio “ICARO” a la investigación pictórica..
Conoce en Burgos al crítico de arte José Ayllón, teórico del Grupo “El Paso”.

1982: Escribe el capítulo “La pintura riojana de los siglos XIX y XX” del libro “La Rioja y sus gentes”, editado por la Diputación.
Premio “Atenea 82” por su labor en pro de la cultura.

1983: Homenaje en su pueblo natal, Alberite que le dedica un Parque.
Exposición en la casa de Goya de Bordeaux (Francia).
Fallece repentinamente en Alberite el 26 de mayo.
Primer memorial García Moreda en recuerdo y homenaje de la Villa de Alberite al gran maestro y artista.

1990: Aparece el libro “El pintor Emilio G. Moreda o la Bohemia Indomita”, escrito por Antonio L. Bouza y editado por el Gobierno de La Rioja.

1996: Se funda el “Mazacote de Oro” para premiar y reconocer la trayectoria personal y los méritos artísticos.

2003: Se cumplen los veinticinco años de la Exposición “Mazacote de Barro”. Las convocatorias no han faltado cada año organizadas por el Ayuntamiento de Alberite el cual edita el libro recopilatorio de los 25 años de la historia del Mazacote titulado “Cartas y testimonios de García Moreda y 25 años de Mazacote” escrito por su gran amigo y fiel colaborador de esta exposición Mario Ángel Marrodan.